Guía práctica de acompañamiento psicodélico y reducción de daños

El rol esencial del sitter

Incluso con una preparación cuidadosa —un buen set (estado mental) y setting (entorno), como ya abordamos en artículos anteriores—, los viajes psicodélicos pueden volverse intensos o difíciles. En esos momentos, la diferencia entre una experiencia abrumadora y una contenida suele depender de una figura silenciosa pero crucial: el acompañante o sitter.

Es crucial entender que un viaje difícil puede desencadenarse por factores como la interacción con otras sustancias, el consumo de una dosis demasiado alta, un mal set (estar pasando por una mala racha personal) o una vulnerabilidad o predisposición genética a desarrollar una enfermedad mental. Estas situaciones pueden manifestarse como alucinaciones desagradables, agitación, desconfianza en el entorno, o temblores.

Los primeros auxilios psicodélicos no son una forma de terapia ni una intervención espiritual. Se trata de un conjunto de acciones prácticas y actitudes de apoyo destinadas a proteger la seguridad física, emocional y psicológica de una persona que atraviesa un viaje psicodélico intenso. Su meta no es "sanar" ni "guiar", sino ofrecer seguridad, comodidad y validación.

Este enfoque parte de una ética clara: la del "no gurú". El sitter no es un chamán, ni un terapeuta, ni un iluminado. Es una presencia humana y empática que sostiene el espacio sin imponer interpretaciones. Escucha, observa y acompaña desde la humildad y el respeto.

La filosofía del apoyo: Los 3 pilares del sitter

El rol del sitter no es liderar, sino acompañar. Su tarea es crear y sostener un entorno seguro donde la persona pueda atravesar la experiencia con el menor riesgo posible. Este rol se apoya en tres pilares fundamentales.

🧘 Pilar 1: Presencia tranquila (Be Present)

La calma del sitter es el primer auxilio. El estado emocional de quien acompaña se transmite, y una presencia serena puede equilibrar incluso los momentos más caóticos. Esto implica evitar el furor curandis (el impulso innecesario de "hacer algo" solo para sentirse útil) y actuar de forma reactiva.

Mantener la calma requiere grounding personal:

• Realizar respiraciones lentas y profundas.
• Sentir el propio cuerpo y su contacto con el entorno (por ejemplo, tocar una pared o el suelo).
• Recordar que el objetivo no es "arreglar" nada, sino estar disponible.

🌊 Pilar 2: Aceptación radical (Don’t Fight)

Intentar detener o controlar el viaje solo aumenta la resistencia y el miedo. La aceptación radical implica no luchar contra la experiencia, sino permitir que la persona la viva con el menor sufrimiento posible. Esto se traduce en validar lo que siente, incluso si parece irracional o incoherente:

• "Veo que estás asustado/a, y está bien sentir eso."

El sitter no discute ni corrige. Sostiene el espacio emocional, reconociendo el miedo o la confusión sin dramatismo ni juicio.

🛡️ Pilar 3: Seguridad física (Safety First)

El tercer pilar es mantener la integridad física del entorno y de la persona. No se trata de control, sino de prevención:

• Evitar que la persona salga corriendo, suba escaleras o manipule objetos peligrosos.
• Asegurarse de que el entorno esté libre de riesgos: velas encendidas, ventanas abiertas, muebles inestables.
• Mantener una distancia respetuosa y no tocar sin consentimiento, salvo en caso de emergencia.

El principio es simple: no interferir más de lo necesario, pero intervenir cuando la seguridad esté en juego.

Fases de intervención práctica en un viaje intenso

La intervención de apoyo debe seguir una secuencia lógica que priorice la seguridad, la calma y la validación, avanzando de lo físico a lo psicológico. Para ello hemos creado una guía práctica para acompañar con criterio y calma, a través de 4 fases: Chequeo, contención, regreso y remisión.

1. Inicio de contacto y seguridad del entorno

Antes de interactuar, la prioridad es asegurar el entorno y establecer un contacto seguro. Realiza un chequeo del espacio y del estado de la persona.

• Evaluar si la persona está consciente y puede comunicarse.
• Establecer una distancia de confort. Evitar el contacto físico a menos que sea necesario por seguridad.
• Retirar objetos punzantes, fuentes de calor, cristales o cualquier elemento peligroso.
• Asegurar una iluminación tenue, temperatura confortable y espacio libre de distracciones.
• Hablar con voz suave y pausada, sin sobresaltos.

2 . Escucha activa y empática

La escucha es el núcleo del acompañamiento. La empatía es la principal herramienta; no intentes racionalizar lo que está sintiendo la persona.

• Permitir la expresión: Deja que la persona hable, grite o llore sin interrumpir. No intentes racionalizar lo que dice.
• Mostrar comprensión: Usa el parafraseo breve para reflejar sus sentimientos: "Entiendo que sientes que el tiempo se detuvo, eso puede ser confuso."
• El objetivo no es guiar la interpretación, sino sostener el espejo tranquilo donde la persona se reconozca sin juicio.

3. Normalización y anclaje

Una vez contenida la emoción, el objetivo es conectar a la persona con el presente y la realidad física, recordándole la temporalidad de su estado.

Recordar con suavidad que lo que ocurre es temporal:

• "Estás bajo el efecto de una sustancia. Esto pasará."

Luego, facilitar el retorno a los sentidos (grounding sensorial):

• Tocar una manta o textura familiar.
• Beber un poco de agua a temperatura ambiente.
• Concentrarse en el olor de un aceite esencial suave o en la respiración.

En momentos de sobrecarga, ofrecer solo elecciones simples:

• "¿Quieres sentarte o acostarte?"
• "¿Preferimos que cambiemos la música o la quitamos?"

Evitar conversaciones complejas. El silencio es una herramienta poderosa; a menudo, la presencia tranquila vale más que cualquier palabra.

4. Evaluación de riesgo y derivación

El sitter debe conocer los límites de su intervención. Hay situaciones que requieren ayuda médica urgente:

• Pérdida prolongada de conciencia o convulsiones.
• Dificultad para respirar o dolor torácico (problemas cardiovasculares).
• Conducta agresiva o riesgo de autolesión incontrolable.

En esos casos, llamar a emergencias es la respuesta correcta e inmediata. No se trata de "traicionar" la confianza, sino de proteger la vida.

Manual de frases: Qué decir y qué evitar

✅ Frases que ayudan (validación y calma)

• "Estás a salvo, yo estoy aquí contigo."
• "Todo lo que sientes es normal, estás viviendo un viaje intenso."
• "Esto pasará. Solo permítete sentirlo."
• "Concéntrate en tu respiración, inhala y exhala lentamente."

Estas frases validan y normalizan la experiencia, ayudando a reducir la ansiedad sin imponer interpretaciones.

❌ Frases que empeoran la situación (juicio e interferencia)

• "Cálmate" o "Tranquilízate."
• "Deberías haber sabido/no debiste tomar tanto."
• "Ya casi se te pasa/Aguanta."
• "El universo te está enseñando algo."

Estas expresiones juzgan, minimizan o introducen expectativas falsas, lo que aumenta la confusión. El sitter no da lecciones ni mensajes místicos: solo acompaña.

🚨 Recursos de emergencia y apoyo profesional

Antes de cualquier experiencia, resulta imprescindible investigar y registrar los siguientes datos para tu contexto local. Prepara y anota esta información en tu Set & Setting:

• Número de emergencias sanitarias y policiales de tu país o ciudad actual.
• Centros de toxicología o atención a intoxicaciones, que puedan brindar apoyo telefónico especializado.
• Líneas de ayuda en salud mental o reducción de daños reconocidas en tu región.

🆘 Protocolo de derivación: Saber cuando llamar

El rol del sitter termina donde comienza la necesidad de atención profesional. La intervención debe ser breve y enfocada en la seguridad. Si la persona entra en una crisis que persiste después de la fase aguda o si presenta síntomas físicos de alto riesgo, es imperativo buscar ayuda externa.

La acción inmediata es llamar a emergencias médicas o realizar el traslado a un centro de salud, informando al personal médico (si es posible y seguro) la sustancia consumida, en caso de:

• Peligro físico agudo: Convulsiones, inconsciencia prolongada, problemas respiratorios/cardíacos, fiebre alta o lesiones graves.
• Persistencia de la crisis psicológica grave: Comportamiento psicótico, riesgo de autolesión o agresión.

La decisión de buscar ayuda médica o psicológica externa es un acto responsable de cuidado. La vida siempre tiene prioridad sobre el secreto o la confidencialidad del consumo.

La responsabilidad de cuidar

Los primeros auxilios psicodélicos no son un manual de iluminación, sino una práctica de cuidado responsable y reducción de daños. Implican empatía, calma y respeto por los límites. Aprender a acompañar sin invadir, sin diagnosticar y sin imponer sentido es una habilidad vital en la cultura psicodélica moderna.

El compromiso con el harm reduction no se limita a la prevención: también se demuestra en la forma en que cuidamos unos de otros durante el viaje. La belleza de la vulnerabilidad reside en la capacidad de ser sostenidos en ella.

Comparte este recurso. Difundir conocimiento sobre primeros auxilios psicodélicos es una forma directa y práctica de proteger vidas y promover una cultura de uso más consciente, compasiva y segura.

Antes de cualquier experiencia, la preparación es esencial. Completa tu conocimiento:

• Consulta nuestra guía completa de Set & Setting.
• Aprende cómo evitar y manejar Bad Trips.

⚠️ Descargo de Responsabilidad y ÉTICA DE REDUCCIÓN DE DAÑOS

Este artículo ha sido creado con un foco exclusivo en la reducción de daños (Harm Reduction). La información aquí presentada no tiene la intención de promover, fomentar o alentar el consumo de sustancias psicoactivas ilegales o controladas. Nuestro objetivo ético es proporcionar guías de seguridad y cuidado para aquellas personas que, de manera autónoma, decidan consumir, priorizando siempre la protección de la vida, la salud mental y la seguridad física.