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María Sabina: la curandera mazateca que hablaba con los hongos

María Sabina, reconocida como la Sacerdotisa de los Hongos, es una de las figuras más influyentes en la historia del chamanismo, la medicina tradicional mexicana y el renacimiento psicodélico global. Esta curandera mazateca, originaria de la Sierra de Oaxaca, dedicó su vida a las ceremonias con hongos alucinógenos —los “niños santos”— con fines curativos y espirituales. Su legado trascendió fronteras, despertando el interés de científicos, artistas y buscadores espirituales en todo el mundo.


¿Quién fue María Sabina? Una vida entre tradición, pobreza y sabiduría ancestral

Nacida el 22 de julio de 1894 en Huautla de Jiménez, Oaxaca, María Sabina Magdalena García creció en una familia indígena mazateca marcada por la pobreza. Desde pequeña mostró una sensibilidad especial hacia las plantas y las prácticas curativas de su comunidad. Aunque no tuvo educación formal ni hablaba español, su sabiduría intuitiva la guió hacia el curanderismo, una tradición que había pasado por generaciones en su linaje familiar.

Su bisabuelo, abuelo y padre fueron curanderos, y aunque no los conoció, su linaje sembró en ella un interés intuitivo por las plantas medicinales y los rituales sagrados.

Imagen de Maria Sabina
Imagen de Maria Sabina
El hongo sagrado me toma de la mano y me lleva al mundo donde todo es conocido. Allí están los hongos santos, hablan de cierta manera y yo puedo entenderlos. Les hago preguntas y me responden.

María Sabina no aprendió a leer ni escribir, pero poseía un conocimiento profundo sobre el cuerpo, el alma y el lenguaje poético que brota del trance visionario.

Primeras experiencias con los hongos de María Sabina

  • Los probó por primera vez  junto a su hermana mientras cuidaban animales.
  • Sintió que los hongos “le hablaban” y le mostraban visiones.
  • Su vocación curativa nació cuando los “niños santos” le revelaron cómo sanar.

María Sabina tuvo su primer contacto con los hongos entre los 5 y 7 años, durante una ceremonia para sanar a un tío enfermo. Aunque en esa ocasión no los consumió, la experiencia marcó su vida. Más tarde, mientras cuidaba animales en el cerro con su hermana, encontró hongos similares y decidió probarlos. Las visiones que experimentó - risas, llantos y un sentido de conexión con lo divino- despertaron en ella una profunda fascinación por estos "niños santos".

Años después, cuando su hermana cayó gravemente enferma y los curanderos locales no pudieron ayudarla, María consumió 30 pares de hongos para entrar en trance. Durante esta experiencia, seres espirituales le revelaron cómo sanar a su hermana, consolidando su reputación como curandera.


Los "Niños Santos": El uso de hongos alucinógenos en las ceremonias de María Sabina

El uso de hongos alucinógenos, particularmente de las especies Psilocybe mexicana y Psilocybe caerulescens, era una práctica ancestral entre los mazatecos. Conocidos como teonanácatl ("carne de los dioses" en náhuatl) o "niños santos" por María Sabina, estos hongos contienen psilocibina y psilocina, compuestos psicoactivos que inducen estados alterados de conciencia.

Para María, los hongos no eran una droga recreativa, sino una herramienta sagrada para conectarse con el mundo espiritual y sanar tanto el cuerpo como el espíritu.

 

Mural dedicado a María Sabina en Oxaca
Mural dedicado a María Sabina en Huautla de Jiménez, Oxaca

¿Cómo eran las ceremonias de María Sabina?

  • Ceremonias nocturnas, preferiblemente con luna llena.
  • Sincretismo religioso: imágenes de santos, velas, oraciones y rezos católicos mezclados con cantos ancestrales.
  • Escucha interior guiada por los hongos: el hongo “hablaba” a través de ella.
  • Lenguaje poético: María hablaba en versos mazatecos que parecían dictados por otra dimensión.

Las ceremonias de María Sabina, conocidas como veladas, se realizaban de noche en un ambiente de reverencia. Los hongos eran bendecidos en un altar con imágenes de santos católicos, como la Virgen de Guadalupe y Jesucristo, reflejando el sincretismo entre las creencias indígenas y el catolicismo.

María y los participantes ingerían los hongos, y ella cantaba versos poéticos en mazateco que, según ella, le eran dictados por los hongos mismos. Estos cánticos, que describían mundos invisibles y mensajes divinos, eran una parte esencial de su práctica.

Los hongos son santos. Me enseñaron el lenguaje con el que habla el mundo.

El Encuentro con Occidente: Robert Gordon Wasson y la psilocibina

En 1955, el etnomicólogo Robert Gordon Wasson llegó a Huautla para experimentar con los hongos mazatecos. María Sabina, presionada por autoridades locales, accedió a realizar una velada para él. Wasson quedó fascinado con la ceremonia y, en 1957, publicó en la revista Life el artículo "Seeking the Magic Mushroom", que marcó el inicio del interés global por los hongos alucinógenos.

Este evento impulsó la investigación científica de la psilocibina - aislada por el químico Albert Hofmann un año después-, pero también abrió las puertas al turismo psicodélico, trayendo consecuencias inesperadas para María y su comunidad.

Tras la publicación del influyente artículo de R. Gordon Wasson, la figura de María Sabina se catapultó a la fama internacional. Su sabiduría ancestral y sus rituales con hongos alucinógenos despertaron la curiosidad y el deseo de conexión espiritual en numerosos visitantes provenientes de lejanas tierras. Diversos relatos y estudios etnográficos destacan la influencia que tuvo en personajes notables, quienes buscaban, de distintos modos, sumergirse en el misterio y la profundidad de las ceremonias mazatecas.

Visitas de Personalidades Emblemáticas

Allen Ginsberg, reconocido poeta y escritor estadounidense, fue uno de los visitantes más destacados. Durante la década de 1960, Ginsberg acudió a Huautla de Jiménez y, según se recoge en obras como The Yage Letters, quedó profundamente impresionado por la atmósfera mística y la conexión de María Sabina con lo divino. En paralelo, el fotógrafo y etnobotánico Jean-Pierre Laffite viajó a la comunidad para documentar visualmente estos encuentros, aportando imágenes que capturaron la esencia ritual y el sincretismo cultural.

Otro referente fue el antropólogo Timothy Leary, quien en 1960 visitó Huautla y experimentó personalmente los efectos de los hongos guiado por la curandera. Leary se convirtió en uno de los principales divulgadores de las potencialidades de la psilocibina en Occidente, impulsando el debate científico y cultural sobre los estados alterados de conciencia.

Además, múltiples testimonios y fuentes documentales aluden a la presencia –aunque a veces en carácter más anecdótico y enmarcado en leyendas urbanas– de personalidades como los Beatles, los Rolling Stones, y figuras como Walt Disney, Jim Morrison, Bob Dylan o Aldous Huxley. Si bien la veracidad de algunos encuentros es motivo de debate entre los expertos, lo indudable es que la fama de María Sabina se transformó en sinónimo de un puente entre la tradición mazateca y la contracultura occidental.

Camilo José Cela y el tributo teatral

El impacto cultural de María Sabina no se limitó a sus ceremonias, sino que trascendió también a las artes. El célebre escritor español Camilo José Cela se sintió tan cautivado por su historia que inspiró la creación de una obra teatral, la Cantata dedicada a su vida. Con la dirección musical del compositor catalán Leonardo Balada, esta pieza se estrenó el 17 de abril de 1970 en uno de los escenarios más prestigiosos del mundo, el Carnegie Hall de Nueva York.

La obra, patrocinada por la Hispanic Society of America, fusionaba música, poesía y ritual para rendir homenaje a María Sabina, exaltando temas como la espiritualidad, la conexión con la naturaleza y la experiencia mística que generan los hongos sagrados. Este homenaje artístico ayudó a perpetuar la imagen de la curandera como símbolo de la fusión entre la tradición indígena y la modernidad.

La microdosificación y el resurgir psicodélico

Aunque el enfoque de María Sabina era profundamente ritual y curativo, su legado también ha influido en prácticas contemporáneas como la microdosificación de psilocibina. En la actualidad, investigadores y terapeutas exploran el potencial de los hongos psicoactivos para tratar depresión, ansiedad y adicciones, bajo protocolos científicos.

Aun cuando la microdosificación se aleja del contexto ceremonial original, muchas voces reconocen que fue el testimonio de María Sabina el que abrió las puertas al entendimiento de la psilocibina como herramienta terapéutica.

Legado moderno de María Sabina

  • Estudios clínicos con psilocibina para depresión, adicciones y ansiedad.
  • Prácticas psicoterapéuticas asistidas por psicodélicos.
  • Reivindicación de saberes indígenas en libros, documentales y foros.
  • Cultura de respeto hacia el uso de plantas sagradas.

María Sabina fue mucho más que una curandera. Fue una mujer visionaria, una poeta del alma, y un puente entre la espiritualidad indígena y la ciencia moderna. Su vida nos invita a honrar las prácticas sagradas con respeto, a mirar hacia adentro y a reconectar con la sabiduría ancestral.

Soy mujer que mira hacia adentro, soy mujer estrella, soy mujer del cielo.
- Categorías : Cultura psicodélica